La Dama Indignada

La Dama Indignada

miércoles, 29 de enero de 2014

Autor: Frederic Leighton. Título de la Obra: Sol ardiende de Junio

Frederic Leighton (1830.1936) nació en el seno de una rica familia que vivía del negocio de importación y exportación. Estudió en Londres y viajó a Florencia y París donde conoció a Ingres, Delacroix, Corot y Millet. Fue un pintor y escultor británico de la época victoriana, fue un artista de éxito y con una fuerte influencia con los artistas de su generación, por lo que en 1878 fue elegido presidente de la Royal Academy.

Sus pinturas se adaptaban perfectamente al espíritu de la época victoriana. Sus obras reflejan una búsqueda de la "edad de oro", procedentes de la Grecia y la antigua Roma. Destaca la exaltación de la figura juvenil, utilizando como pretexto la mitología.

Se sintió rechazado en un primer momento por las instancias artísticas oficiales pero tampoco se integró en la Hermandad de los Prerrafaelitas. Se interesó especialmente por los asuntos clásicos, históricos y mitológicos. Sus esculturas manifiestan más su gusto por el eclecticismo.

Su vida privada fue celosamente guardada, incluso para sus amigos mas cercanos. Jamás se casó, fue amigo de muchos homosexuales de la época, le gustó frecuentar la isla de Capri frecuentada por los gays mas famosos de la época. Otros amigos suyos como Wilde o Solomon pagaron un alto precio al hacerse públicas sus relaciones sexuales, este hecho sin duda ayudó a que evitara cualquier filtración de su vida mas íntima.
Murió sin descendencia y con él su título nobiliario. Sus pinturas fueron elegidas para representar a Gran Bretaña en la Exposición Internacional de París de 1900.

Sol ardiente de junio (o Flaming June  en inglés) es una obra maestra del Baron Frederic Leighton, producida en 1895.
Bellísimo óleo que fue subastado en 1960, por solo 140 dólares. Tres años después Luis A. Ferré filántropo y empresario puertorriqueño, en un viaje por Europa encontró en una galería de Ámsterdam, olvidado en un rincón este magnifico cuadro.

Impresionado por su belleza lo compró por 6000 dólares. En la actualidad su valor supera los varios millones y es la obra más célebre del museo de San Juan de Puerto Rico, fundado por Ferre.

Un lienzo pintado al óleo de 119 x 119 cm. Muestra a una joven dormida, inspirada en los patrones estéticos griegos. Se ha convertido en todo un símbolo del arte lírico basado en la idealización y la evasión de la realidad de fin de siglo. Con un clasicismo que evoca a la diosa de la fertilidad y la belleza, Venus. Dormida, vestida con un vaporoso vestido de seda naranja, bajo el sol de junio.
En la esquina superior derecha aparece dibujada una adelfa. También conocida como laurel de flor, baladre o trinitaria. Planta ornamental muy venenosa, tanto que incluso el olor de sus flores puede provocar dolor de cabeza y malestar.

Su colorido y la paz que transmite lo hacen para mí muy especial. Disfrutadlo.



martes, 28 de enero de 2014

Autor: Knut Ekwall. Título de la Obra: El pescador y la sirena.

Knut Ekwall (03 de abril 1843 en Säby ( Småland provincia), Suecia - 04 de abril 1912 en Säby), fue un pintor sueco.
Ekwall estudiada desde 1860-1866 en la Academia de Artes en Estocolmo , con énfasis en la xilografía (diseño de bloques de impresión de grabado en madera) y el dibujo.
Se convirtió en un alumno del pintor Ludwig Knaus en Berlín.
En 1870, Ekwall se estableció como un artista en Munich en Alemania y más tarde trabajó en Leipzig .
Sus trabajos durante este período fueron principalmente para las ilustraciones de revistas, y se reproducen como grabados.
Se sabe poco sobre su vida privada.
Él regresó a Suecia y allí murió a la edad de 69.

Éste cuadro, El pescador y la sirena representa una sirena que atrae hacia el fondo el mar al pescador. Llama la atención la expresión de la cara del pescador de miedo e indefensión. Es una sirena sin cola de pez, en otros idiomas se distingue entre sirena sin cola de pez (siren) como en éste caso y con cola de pez (mermaid).

Las Sirenas son una creación de la mitología griega, que han sido siempre una gran fuente de inspiración y belleza en la historia del arte. El romanticismo que adquiere una mujer con cola de pez y que vive en el fondo del mar tiene mucha magia y encanto. Las sirenas además tienen cierto misterio, y se hayan entre el bien el mal. Son famosas por sus cantos hipnóticos que guiaban a los barcos contra las rocas, aunque también prestaban ayuda a los hombres.
Esta mezcla entre misterio, atractivo y la dulzura típica de una mujer joven es lo que configura que las sirenas sean un tema pictórico de lo más hermoso, con muchos valores femeninos y cierta rebeldía de mujer.

Disfrutad de ésta expresiva obra.



jueves, 23 de enero de 2014

Autor: George Seurat. Título de la Obra: Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte.

George Seurat,  (1853 -1884) un joven y tímido pintor, pero con un orgullo singular, llevó un vida reservada en un pequeño estudio de Bulevar de Clichy en París.
Aparentemente, su vida transcurrió sin grandes sobresaltos comparándolo con otros artistas del siglo XIX como Vincent van Gogh o Paul Gauguin. Solo se exaltaba en cuestiones de arte. Cuando hablaba del tema, era capaz de discutir durante horas y horas sobre sus ideas.
Seurat era uno de esos hombres apacibles y testarudos que parecen tener miedo de todo pero que, en el fondo, no se intimidan por nada. Trabajaba obstinadamente y vivía como un monje completamente retirado en su pequeño estudio.
Seurat incluso mantuvo en  secreto tanto como pudo sus relaciones con Madeleine Knobloch, su primer y único amor. La joven trabajadora y el pintor vivían juntos en su pequeño estudio sin que ni su familia ni sus amigos lo supieran. No sería hasta después de la muerte de Seurat cuando sus amigos se enteraron de las relaciones amorosas que tuvieron un hijo como fruto. El niño murió un año después de su nacimiento a  causa de la infección que antes había acabado con la vida de Seurat a la temprana edad de 31 años. Madeleine Knobloch, la madre del muchacho desapareció poco después sin dejar rastro. 
Seurat, tenía varias amantes sin que su esposa se enterara; tuvo más de 15 hijos no reconocidos y según parece estos han creado polémicas sobre quién se quedaría con su gran fortuna.

Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte  es un cuadro del pintor neoimpresionista francés, ejemplo de puntillismo considerado por muchos una de las pinturas más relevantes del Siglo XIX.
La isla de la Grande Jatte se encuentra en el río Sena, en París. Aunque por muchos años fue un sitio industrial, en los últimos años pasó a albergar jardines públicos y un conjunto residencial. En 1884 era un paisaje bucólico alejado del centro de la ciudad.
Seurat pasó dos años pintando el cuadro, concentrándose escrupulosamente en el paisaje del parque. Se sentaba a menudo en los jardines y hacía numerosos bocetos de las distintas figuras a fin de perfeccionarlas. Puso especial cuidado en el uso del color, luz y formas. El cuadro tiene aproximadamente 2 x 3 m. Fue expuesto por primera vez en la octava exposición colectiva del grupo impresionista, en 1886.
Basado en el estudio de la teoría óptica del color, contrastó puntos minúsculos de color que, a través de la unificación óptica, forman una figura coherente en el ojo del observador. Creía que esta forma de pintura, conocida luego como puntillismo, hacía los colores más brillantes y fuertes que pintados a pinceladas. Para hacer la experiencia aún más realista, rodeó el cuadro con una trama de puntos que a su vez limitó con un marco simple de madera azul, de ésta forma se exhibe aún en el Instituto de Arte de Chicago.
Para éste cuadro Seurat empleó el nuevo pigmento "Amarillo de zinc"que no tuvo muy buen resultado porque completada la pintura el amarillo de zinc se oscureció paulatinamente hasta tonos de marrón.

Me gusta especialmente éste cuadro. ¿Qué os parece?


domingo, 19 de enero de 2014

Autor: William-Adolphe Bouguereau. Título de la Obra: Dante y Virgilio en el Infierno.

Bouguereau nace y muere en La Rochelle, Francia (1825-1905).
Pintor de retratos de aspecto fotográfico, obras religiosas hábiles y sentimentales y desnudos tímidamente eróticos, Bouguereau es un bello prototipo del dominio de las técnicas pictóricas academicistas y de las claves sociales de la hipocresía burguesa.

Bouguereau, pintor de indudables dotes e influencia social, fue uno de los más hábiles artistas de su época a la hora de pintar lo que el burgués quería mirar: mujeres hermosas y rotundas, tiernas adolescentes, niñas pobres encantadoras y muy limpias. Es admirado por el realismo de la piel, las manos y los pies de los personajes de sus obras.
Contemplando sus cuadros, el burgués más ignorante entendía la fastuosidad de la mitología clásica y llegaba a la tranquilizadora conclusión de que la vida del campesino es el jardín del Edén.
En 1856, se casó con Marie-Nelly Monchablon y tuvo 5 hijos, su mujer muere en 1877 y se casa en segundas nupcias con otra artista, Elizabeth Jane Gardner. Su influencia permitió que las instituciones de arte francesas se abrieran por primera vez a las mujeres que pintaban realismo burgués. Sus obras fueron muy apreciadas y económicamente valoradas por la alta burguesía de los Estados Unidos.
Beligerante desde niño y soberbio desde sus primeros éxitos oficiales —según relatan sus biógrafos—, Bouguereau fue un enemigo temible y despiadado con todo aquel que no viese y reconociese su esfuerzo artístico con la referida 'mirada burguesa neutra'. Cezanne lamentó en cierta ocasión haber sido excluido del «Salón de Monsieur Bouguereau» (refiriéndose a la anual convocatoria de la Academia).

Cerca del final de su vida él describió su amor por su arte, "Cada día me voy a mi estudio lleno de alegría, en la noche, cuando la obligación de detenerse por falta de luz apenas puedo esperar a la mañana siguiente para venir si no puedo dar yo a mi querido pintar soy infeliz ". Pintó ochocientos veintiséis pinturas.

Dante y Virgilio en el infierno es un cuadro del pintor William-Adolphe Bouguereau, realizado en 1850, que se encuentra en el Museo de Orsay de París, Francia.
El pintor usa un episodio de la Divina Comedia de Dante, que describe la entrada de Virgilio y el propio poeta en el octavo círculo del infierno donde se encuentran los falsificadores. Allí dos almas, las del hereje alquimista Capocchio mientras es mordido en el cuello por Gianni Schicchi, personaje real que vivió en el siglo XIII en Florencia, famoso por su capacidad de suplantación de personas, y enviado por ello al infierno.

El pintor escogió el octavo circulo del Infierno, el de los falsificadores, en él Dante y Virgilio asisten al combate entre dos almas condenadas: Capocchio el hereje, el alquimista es mordido en el cuello por Gianni Schicchi, quien había usurpado la identidad del hombre que está muerto en el suelo, con el fin de desviar su herencia.

El cuadro es una alusión a las guerras que Francia  había vivido, comenzando por: la Revolución Francesa, la época del "Terror", las guerras Napoleónicas.

El estilo es académico, los personajes están representados de manera "realista".

Los colores son calidos, predominan los marrones, los rojos hacen referencia al fuego del infierno.

La Luz del cuadro parte de tres puntos: una está centrada en las figuras de los luchadores, la segunda esta situada al fondo, la tercera está situada a la derecha, representa las llamas del infierno donde los hombres se precipitan.

El pintor quiso mostrar que en el infierno se encuentran las peores cosas, los hombres se matan y se devoran entre ellos.

Las diferentes clases sociales están representadas:
- Dante y Virgilio representan a los intelectuales, Dante representa a los poetas y artistas, Virgilio con su corona de laurel es el guía y protector de los filósofos, ellos son los espectadores de los acontecimientos, no intervienen en la lucha, solo son sus ideas las que pueden servir de guía.
- El demonio representa el poder, esta situado por encima de todos, incluso parece sonreir, es el origen de la destrucción de los hombres, mira con malos ojos a los intelectuales, consideran peligrosas las ideas que puedan aportar para salir del "caos".

- Mientras la gente del pueblo se matan entre ellos.

En este lienzo hay dureza y fuerza.





viernes, 17 de enero de 2014

Autor: John William Waterhouse. Título de la Obra: La dama de Shalott

John William Waterhouse nace en Roma en Abril de 1849, ciudad en la que sus padres, de nacionalidad inglesa y aficionados a la pintura, se hallan trabajando. Durante su niñez se le apoda como "Nino". Tras aprender en el taller italiano de su padre, en 1870 ingresa en The Royal Academy Schools de Londres. Tan sólo dos años más tarde, en 1872, exhibe sus obras en la Sociedad de Artistas Británicos y en 1874 en The Royal Academy. 
El estilo pictórico de Waterhouse se mantuvo prácticamente inalterable en toda su vida, pero en cualquier caso, la temática de sus obras va cambiando según la etapa que atravesaba.
En una primera etapa podemos distinguir obras de temática clásica, correspondiente a los viajes de Waterhouse por Italia. A partir de 1880 inicia una nueva época basada en temas literarios, donde se ve una clara influencia de la mitología y literatura griegas. A partir de 1900, influenciado por el Impresionismo, se muestra más tranquilo y utiliza colores más claros y brillantes.
Hacia 1891, Waterhouse conoce a una bella modelo. En el mismo año empieza a posar para sus cuadros, obras que años después serán los más famosas del pintor. Jamás se ha conocido la identidad de esta mujer con certeza, aunque todo apunta hacia el nombre de Muriel Foster.
La vida John William Waterhouse, como decía al principio, pasó por momentos de gran reconocimiento popular, por largos años de ostracismo y olvido, y últimamente por un reverdecedor reconocimiento y prestigio, siendo en estos momentos uno de los artistas más valorados y demandados en las subastas de arte.

La dama de Shalott  es una de las obras más conocidas de John William Waterhouse. Fue pintada en 1888, exhibiéndose en 1894. Actualmente se halla en la Tate Britain de Londres.
Como pintor prerrafaelita, romántico y neoclásico, a Waterhouse le gustaba la temática de corte medievalista fantástico.
Concretamente, cuenta la historia de Elena, la dama de Shalott, que fue encerrada en una torre donde tejía noche y día. Un susurro le anunció que le aguardaba una horrible maldición si miraba en dirección a Camelot, aunque desconocía en qué consistía la maldición, seguía tejiendo sin parar. Nadie la conocía, ya que vivía encerrada, algunos campesinos creían oírla cantar por las mañanas, al amanecer, y se referían a ella como a un hada. Su contacto con el mundo era a través de un espejo, que reflejaba la ventana, que le mostraba Camelot. En las telas que tejía se reflejaba lo que ella veía a través de ese espejo, como las aventuras de los Caballeros de la Mesa Redonda. Un día, a través del espejo, Elena vio a Lancelot y se enamoró de él. Dejó de coser y, sin poder evitarlo, miró hacia Camelot. En ese momento, el espejo se quebró, las telas salieron volando por la ventana y la maldición cayó sobre ella. Bajó de la torre y cogió una barca.

Los versos del poema de Tennyson que corresponden a esta escena son:

Y en la oscura extensión río abajo
-como un audaz vidente en trance,
contemplando su infortunio-
con turbado semblante
miró hacia Camelot.
Y al final del día
la amarra soltó, dejándose llevar;
la corriente lejos arrastró
a la Dama de Shalott.
.
Yaciendo, vestida con níveas telas
ondeando sueltas a los lados
-cayendo sobre ella las ligeras hojas-
a través de los susurros nocturnos
navegó río abajo hacia Camelot;
y yendo su proa a la deriva
entre campos y colinas de sauces,
oyeron cantar su última canción
a la Dama de Shalott.
.
Escucharon una tuna lastimera, implorante,
tanto en alta voz como en voz baja,
hasta que su sangre se fue helando lentamente
y sus ojos se oscurecieron por completo,
vueltos hacia las torres de Camelot.
Y es que antes de que fuera llevada por la corriente
hacia la primera casa junto a la orilla,
murió cantando su canción
la Dama de Shalott.''

En la escena que pinta Waterhouse se ve a Elena en una barca, fluyendo en dirección a Camelot. Se nos muestra una muchacha indefensa, con una simple túnica blanca en lugar de la poderosa bruja con el elegante vestido que solía tener. Su aspecto es el de una mujer agotada y caída a su destino, a su muerte. Su mirada está ausente, y sus brazos abandonados en señal de rendición.
Si se observan los detalles, se ven las telas en la barca que ella misma había tejido. Éstas narran las aventuras de los Caballeros de la Mesa Redonda, así como el amor que siente por Lancelot. También cobran importancia las velas, que se van apagando a medida que la dama avanza hacia su destino.
El paisaje inglés de fondo se reduce a trazos de color apagado y los juncos que aparecen en primer plano se muestran mediante simples pinceladas. La riqueza de color y los magníficos detalles sólo se utilizan para enfatizar la figura central.



sábado, 11 de enero de 2014

Autor. Turner. Título de la Obra: La mañana después del diluvio.

Joseph Mallord William Turner (Covent Garden, Londres, 23 de abril de 1775 - Chelsea, Londres, 19 de diciembre de 1851), pintor inglés especializado en paisajes. Fue considerado una figura controvertida en su tiempo, pero hoy en día es visto como el artista que elevó el arte de paisajes a la altura de la pintura de historia.
Aunque es renombrado por sus pinturas al óleo, Turner también es uno de los grandes maestros de la pintura paisajista británica en acuarela. Es considerado comúnmente como "el pintor de la luz" y su trabajo es considerado como un prefacio romántico al impresionismo. 

Su padre fue un fabricante de pelucas, con el tiempo se convirtió en barbero.
Su madre, Mary Marshall, una ama de casa, fue perdiendo su estabilidad mental paulatinamente siendo joven, quizá debido a la muerte de la hermana pequeña de Turner, en 1786. Ella murió en 1804, recluida en un psiquiátrico.
Conforme envejecía, Turner se volvió más excéntrico. Tuvo pocos amigos, excepto su padre, que convivió con él treinta años, asistiéndole eventualmente en su estudio. Su padre murió en 1829, lo cual le produjo una honda impresión, por la que entró en depresión.
Murió en su casa en Cheyne Walk, en Chelsea. Según sus deseos, fue enterrado en la catedral de S. Pablo (St Paul's Cathedral)

Turner es reconocido como un genio: el crítico inglés, John Ruskin, describió a Turner como el artista «que más conmovedoramente y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza».

Este protagonismo casi absoluto de la luz, este mismo enfoque místico y simbólico podemos apreciarlo en otras obras de esta etapa de su vida a las cuales pertenece  La mañana después del Diluvio.Como la mayoría de románticos, pensaba que la fractura existente entre el Hombre y la Naturaleza era consecuencia directa del Pecado Original y causa de nuestro deambular sin rumbo, de nuestra quiebra de Sentido; por tanto, su objetivo era la aproximación a la Creación o, lo que es lo mismo, a la Naturaleza, para paliar en la medida de lo posible esa separación y otorgar de nuevo sentido a la vida como búsqueda de la Gracia.

La luz es, precisamente, el elemento de la Naturaleza que Turner, en su calidad de pintor, elige como catalizador de esa búsqueda. Más concretamente la luz blanca por ser el compendio de todos los colores (como bien sabía el artista como lector y buen conocedor de los experimentos ópticos de Newton y Goethe). Precisamente, el título completo de La mañana después del Diluvio es Luz y Color, Teoría de Goethe - La mañana después del Diluvio, contemplando de nuevo la pintura se da uno cuenta de hasta qué punto es adecuado el título y de la importancia tremenda que Turner concedía a la teoría del color del alemán en su obra.
Turner nos presentará la fuerza atronadora de los colores amarillo, rojo y azul que lo dominarán en toda su obra, que apenas dejarán vislumbrar la pequeña figura esbozada de un hombre sentado escribiendo algo -Moisés y su Génesis-, ya que el título completo del lienzo incluía además esta reseña bíblica.

Esta pintura (78,5 x 78,5 cm) se encuentra actualmente en la colección de la Tate de Londres.



miércoles, 8 de enero de 2014

Autor: Milo Manara. Títulos de los dibujos: Dánae de Klimt, Apeles retratando a kampaspe

Milo Manara es el pseudónimo del historietista italiano Maurillo Manara (Luson, (provincia de Bolzano), 12 de septiembre de 1945). Es considerado maestro indiscutible del cómic erótico, gracias a obras como "HP y Giuseppe Bergman" (1978), "El Clic" (1984) y "El perfume del invisible" (1986).
Ha dibujado centenares, miles de cuerpos femeninos a lo largo de su carrera, pero en el fondo todas las mujeres de Manara son una sola hembra imponente repetida sin cesar, cuerpos perfectos.

En el taller veronés del escultor malagueño Miguel Berrocal, un joven llamado Maurilio Manara pasa largas horas dibujando las instrucciones técnicas de ensamblaje y transporte de las esculturas. Durante un descanso de esa tarea el joven aprendiz curiosea en la biblioteca del escultor y descubre un cómic erótico que primero le ruboriza y luego le fascina: Barbarella, de Jean-Claude Forest. Y en ese mismo momento, contemplando las curvas de la aventurera espacial que acabaría encarnando la deliciosa Jane Fonda, Milo Manara toma una decisión definitiva: “descubrí que ese era mi trabajo, mi profesión, me dije que tenía que hacer exactamente eso y abandoné todo lo demás”.

En una curiosa entrevista le preguntan si en su adolescencia hubo sexo, drogas y rock&roll: Manara contesta que sexo nunca tuvo el suficiente, drogas las justas por la inevitable lisergia de finales de los sesenta, y más que asiduo a conciertos, lo fue a exposiciones: “para mis amigos sus estrellas eran las del rock, para mí eran las de la pintura”.
Años después, convertido en Milo, Manara llegaría a ser el dibujante de comics más importante de toda Italia, para algunos el mejor, y su carrera oscilaría siempre entre lo descaradamente comercial y lo puramente artístico. Es innegable que, además de ser un dibujante prodigiosamente talentoso, este autor es uno de los que más se ha preocupado por llevar el cómic a un lugar alto dentro del arte; pero también es cierto que cuando Manara ha encontrado fórmulas exitosas, no ha vacilado en explotarlas hasta la saciedad, dejando de un lado cualquier compromiso estético. 

Todo culmina en 1969 con la publicación de Genius, su primer trabajo profesional. Estas obras cimentaron la fama de Manara como autor de cómic erótico, pero uno de los trabajos más importantes es: SensualitArs. En sus 44 páginas dibujadas mezclando estilos y materiales (óleo, carboncillo, acuarela) homenajea a las mujeres que sirvieron de inspiración y modelo a pintores y dibujantes a lo largo de la historia. En cierto modo es un cursillo acelerado de Historia del Arte: aparecen Lucrezia Buti retozando con Filipo Lippi, la Fornarina de Rafael, la goyesca maja desnuda, la amante-modelo-criada Hendrickje que trajo de cabeza a Rembrandt… Todas ellas vistas desde una perspectiva original y a menudo irónica, como en la Dánae de Klimt.




































Mi dibujo preferido en cuanto a calidad del dibujo es la del pintor griego Apeles retratando a Kampaspe, la amante de Alejandro Magno. La versión manariana del momento en que pintor y modelo caen rendidamente enamorados es una escena de una extraña belleza.


martes, 7 de enero de 2014

Autor: Gustave Doré. Título de la Obra: Don Quijote

Gustave Doré 
(Estrasburgo, 1832-París, 1883) Pintor e ilustrador francés. Fue uno de los más fecundos e influyentes dibujantes de la segunda mitad del siglo XIX. Hijo de un ingeniero de caminos, canales y puertos, a los quince años presentó sus dibujos, de gran calidad, a Philipon, quien hizo que colaborara en el Journal pour Rire, y publicó su primer álbum de litografías sobre Los Trabajos de Hércules.
Sus exuberantes fantasías constituyeron una importante fuente de inspiración para los pintores románticos, quienes compartían la atracción por el mundo onírico que él representaba.
Estudiante mediocre, no presentaba gran vocación para el estudio y conocida es la anécdota, en la que al no saber realizar correctamente una traducción de latín, prefirió dibujarla. El texto en latín hacía referencia a la muerte de Clito el lugarteniente de Alejandro en manos del rey macedonio; el profesor al ver el dibujo le puso la mejor calificación de la clase a pesar de no haber escrito ni una sola palabra.

Su madre fue su gran cómplice. Convencida del talento de su hijo, no dudó en acompañarlo a París en 1.848, con tan solo quince años de edad, animándole para que presentara sus dibujos a Charles Philipon, director de la revista satírica Charivai. Philipon, al ver los dibujos de Doré, quedó impresionado no dudando en contratarlo inmediatamente; de este modo el joven Doré, quedó en París en compañía de su madre, con la que viviría hasta el fin de sus días.
Presentaba el artista un marcado complejo de Edipo, en justa correspondencia a los desvelos de su madre, que sacrificó toda su vida por él y prefirió permanecer soltero a pesar de haber mantenido amores con la diva Adelina Pati o la cantante de opereta Hortense Schineider.
Vivió en París, donde revistas y editores se disputaban sus dibujos, querido y admirado; sus amigos se encontraban entre la flor y nata de la sociedad cultural parisina, Alejandro Dumas, Teophile Gautier, Gustave Flaubert, Liszt, Rossini y un largo etc.

Personaje excéntrico, bromista, amigo de la parodia, bailarín y alegre, irritaba a Edmond de Goncourt, que en su célebre Journal lo describe así: “ Su físico me irrita y me resulta desagradable: es un hombre fofo, de tez fresca y sonrosada, muy redonda como la luna o una linterna mágica: tiene un rostro de monaguillo, de niño eterno, al cual su trabajo fabuloso no ha conseguido borrar su exasperante aire de niño prodigio”
Trabajador infatigable, cronista gráfico de su época, la muerte le sobrevino en París, fruto de un ataque de apoplejía en 1883 con tan solo cincuenta años.”

Sobre la obra de Doré se pueden verter un sinfín de adjetivos, como: educada, dramática, prolífica, serena, sutil, directa, humorística, elegante, exuberante, fantástica o grotesca; pero sin duda, su gran contribución, la todavía hoy vigente en la ilustración de obras literarias, es aumentar el valor de una obra artística hasta concebirla como otra más hermosa todavía.

Don Quijote: Doré ilustró Don Quijote de la Mancha, ésta es una de las ilustraciones, en ella se representa a Don Quijote leyendo sus libros de caballerías y completamente ensimismado en las ensoñaciones de su lectura, alrededor de él se representan todas ellas, caballeros andantes y toda serie de aventuras que le llevaron a la locura.
Disfrutadlo.



viernes, 3 de enero de 2014

Autor: Andrew Wyeth. Título de la Obra: Christina's World

Andrew Wyeth. 
(Pensylvania 1917-Filadelfia 2009) Pintor norteamericano identificado por la crítica como realista mágico, nunca pensó atrapar de tal modo las miradas del público al retratar a una vecina suya en los alrededores de la ciudad de Maine. La chica atacada por la poliomelitis, le había sugerido la fortaleza de un espíritu que no se rinde ante una limitación física. El detalle de la escena está imbuido de misterio e inspiran ternura por la imagen torturada de la joven. Cuentan en ello, el color de la hierba, las formas de la casa, el movimiento del viento sugerido en la atmósfera y el giro de la espalda de Christina, inmortalizada en su curiosidad vital en 1948.
En 1948, el cuadro Christina's World, se convirtió en parte indeleble del vocabulario visual de Estados Unidos de la posguerra, e hizo de Wyeth, de 32 años, una estrella.


















Es de los cuadros más famosos del autor, pero llaman especialmente la atención otra serie de obras:
En 1986, causó un gran revuelo la revelación de una serie de 246 obras de retratos de una mujer llamada Helga y que vivía cerca de la casa de invierno del pintor, en Chadds Ford, en el Estado de Pensilvania. Wyeth pintó esos cuadros durante 15 años, el período 1970-1985, sin el conocimiento de su esposa ni el esposo de Helga.
Cuando se descubrió a los 15 años su implicación como modelo, Helga tenía 55 años y estaba casada y tenía 4 hijos, la prensa quiso saber de ella pero no consiguió que la mujer hablara.
Las imágenes Helga no son un estudio  psicológico del sujeto, sino más bien un extenso estudio de su paisaje físico establecido dentro de los paisajes habituales de Wyeth. 
Ella es casi siempre representada con una sonrisa pasiva, sin embargo, dentro de esas limitaciones deliberadas, Wyeth logra transmitir sutiles cualidades de carácter y estado de ánimo, como lo hace en muchas de sus mejores retratos. 
El artista y la modelo se citaron en diferentes lugares a lo largo de los años, y los cuadros resultantes, muchos de ellos desnudos, están definidos por una intensidad al mismo tiempo cínica y erótica. Allí estaba el tesoro escondido de un artista mayor, el miembro más sacralizado de la dinastía reinante en el arte norteamericano, exhibiendo un vigor nuevo en el último tramo de su carrera.
La revista Art and Antiques explica que cuando le preguntaron a Betsy Wyeth (mujer de Andrew) sobre qué trataban las obras y por qué su marido las había mantenido secretas, ella se lo pensó un buen rato y, tras una pausa, respondió: "Amor".
¿Quería decir Betsy que el artista, conocido por sus continuas e íntimas relaciones con los sujetos de sus cuadros, mantenía una relación amorosa con su modelo?
No se han producido respuestas definitivas a esta pregunta, pero la incidencia de esta historia en la imaginación popular prueba que Wyeth sigue siendo el único artista cuyo estilo y personalidad puede deslumbrar a los norteamericanos.
Aquel verano de 1985 Betsy se reunió con su esposo en el aeropuerto de Rockland, y en el viaje hacia la casa, Wyeth le contó la historia.
La noticia no la sorprendió demasiado, asegura Betsy. "Es una persona muy secreta. Él no se mete en mi vida y yo tampoco en la suya, y ha valido la pena".
Poco después de revelar la existencia de la colección a su mujer, que es su indiscutible marchante, ambos decidieron buscar un comprador que mantuviera juntas las 240 piezas restantes.
Hombre de una estudiada reserva, Wyeth se describió una vez a sí mismo como "un bastardo secreto". Destruye gran parte de su trabajo o bien pinta sobre lo ya hecho. "Algunas veces", dice, "hay cuatro o cinco cuadros debajo de la pintura".

 Retrato de Helga



jueves, 2 de enero de 2014

Autor: Henry Fuseli. Título de la Obra: La pesadilla

John Heinrich Füssli, pintor suizo nacionalizado británico y conocido en Inglaterra como Henry Fuseli, (Zurich, 1741-Londres, 1825)
Fuseli fue un pastor de difícil carácter, excelente traductor y crítico, pero como no lograba despegar en su juventud con la literatura, se reencauzó hacia la pintura y, tras una década de autoenseñanza copiando obras, regresa a Inglaterra. Orbitan alrededor de él hasta el mismísimo Blake. El siglo XX no le resulta propicio dejándole como mero comparsa del romanticismo. Se le Describe como: "misógino que temía y odiaba a las mujeres dominantes". La feminista Mary Wollstonecraf Godwin (Mary Shelle) al parecer le propuso un trío  platónico a Fuseli y su esposa y a  la esposa de Fuseli no le pareció bien, rompiendo la relación con Mary Godwin, tras la negativa Mary Godwin marchó sola a París. Se le achaca desde entonces a Henry la frase "No me gustan las mujeres inteligentes", sobre ella. Sofía, su mujer, a su muerte destruyó toda su producción de dibujos y bocetos que guardaba en casa, dicen quienes la excusan, pornográfica. Posiblemente destruyó la piedra angular que explicaría su obra y gran parte de la pintura del XVIII en Inglaterra.

La pesadilla, también conocida como El íncubo, es un cuadro en él vemos una mujer dormida poseída por un íncubo, demonio que se presenta en sueños de tipo erótico, apareciendo en segundo plano la cabeza de un caballo de aire fantasmal que contempla la escena. La fisonomía de la mujer pintada corresponde a Anna Landoldt, sobrina de su amigo Johann Caspar Lavater, por la que el pintor sentía una gran pasión. Cabe remarcar que en el reverso del cuadro figura una composición titulada Retrato de una mujer joven, posiblemente Anna.
La historia que más sacia el significado es el de la misma historia de amor no cumplido entre esta pareja, el demonio representando al mismo pintor saciando sus fantasías de manera inicua y en cierta manera pecaminosa, el caballo representando lo masculino y carnal de los deseos del pintor y a la vez la pesadilla de cumplir tal deseo y amor de esta manera tan perversa y finalmente la agonía de la dama.
Es una de las obras más emblemáticas de este pintor, reflejando los temas preferidos a lo largo de su obra: satanismo, horror, miedo, soledad, erotismo. Füssli recrea en esta obra un mundo nocturno y teatral, con fuertes contrastes lumínicos, que inspirará toda la imaginería satánica del siglo XIX.
La obra de Füssli presenta un aspecto contradictorio: mientras la superficie del cuadro, la técnica, nos hablan de mesura y contención, las tintas frías y dramáticas y el mundo de sus personajes nos sumergen en un mundo fascinante y horrible, fiel expresión de la poética, tan británica, de lo sublime. Su atmósfera de ensueño, su alusión al mundo de íncubos y demonios de la tradición inglesa, el aire de un erotismo de pesadilla, convierten esta obra en un antecedente del surrealismo –como en las visiones nocturnas de Paul Delvaux–.

Gracias a 'La pesadilla' consiguió un importante reconocimiento, pudiendo exhibirla en la Royal Academy.
Maestro para autores románticos como John Constable o Benjamin Haydon, sus pinturas imaginativas, oníricas y  macabras inscritas en universos de delicada extravagancia resultan forzosamente reconocibles. No en vano, sus obras repletas de efectos nocturnos, referencias a Shakespeare, el mundo bíblico u Homérico, poseen una fuerza inusitada e indómita que lleva al espectador a un estado de embriaguez visual imposible de describir. Excéntrico y dramático a partes iguales, se trata de un autor  de obligada admiración.

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