La Dama Indignada

La Dama Indignada

sábado, 7 de diciembre de 2013

Autor: Francisco de Zurbarán. Título de la Obra: Naturaleza muerta con jarras y tazas

"Naturaleza muerta con jarras y tazas", también conocida como "Bodegón con cacharros", es una de las obras más conocidas de Francisco de Zurbarán (1598-1664), que además fue uno de los precursores del bodegón español, diferenciado de los de tradición europea, más ampulosos, exóticos y exuberantes.
Su gusto por las formas sencillas y los volúmenes elementales en composiciones sobrias y muy “pictóricas”, como la que tenemos en este magnífico bodegón, le harán identificarse muy bien con los valores de la contrarreforma católica, pues consiguen representar los elementos vulgares como estas jarras y tazas en auténticas obras de arte.
En este caso representa tres recipientes de cerámica y uno de metal además de dos platos de metal en una composición yuxtapuesta en el que las cuatro piezas se alinean con claridad sobre un mismo plano, separadas e individualizadas unas de otras.
Zurbarán tenía una extraordinaria sensibilidad para apreciar y reflejar lo cotidiano de una forma sencilla, sin artificios, sirviéndose del crudo realismo que consigue en las vasijas con la técnica del claroscuro.
Las texturas de los recipientes permiten al pintor experimentar el efecto que tienen sobre ellas la iluminación y los reflejos.
El colorido del cuadro es pobre, en consonancia con la austeridad del espacio en el que se ubican.
La luz es claramente tenebrista resaltando los objetos, que parecen “recortarse” del fondo, y que armonizan sin esfuerzo con la austeridad del colorido y la composición.
Es una de las mejores obras de Zurbarán, ya que pertenece a una de sus etapas más prolíficas, anterior a su etapa de crisis tras la muerte de su esposa.
Zurbarán tenía una capacidad excepcional por apreciar y reflejar lo cotidiano de la manera más simple.
Pintor español, nacido en Fuente de Cantos (Badajoz) en 1598 y muerto en Madrid en 1664. Junto a Velázquez y Alonso Cano forma parte de la tríada de pintores más importantes del barroco sevillano del primer tercio del siglo XVII.
Los pocos datos biográficos que se conocen sobre la vida de Zurbarán no facilitan la descripción de su personalidad. La carencia de cuadros cuya temática recoja sucesos personales brillan por su ausencia. Ni siquiera existe ningún autorretrato totalmente fiable del artista. De manera que ni sus rasgos físicos conocemos con certeza.
Posiblemente esa escasez de datos puede ser síntoma de una personalidad apacible, tranquila, que se sumerge en el mundo de la pintura y la introspección, y que desea desarrollar en lugares amigables su arte. Es un hombre que viaja poco. No cruza las fronteras extranjeras y de España sólo conoce las tierras de Badajoz, Sevilla y Madrid.
De la temática general de sus obras, de sus relaciones con instituciones religiosas y, sobre todo, del misticismo y del talante de sus cuadros se puede deducir que es un hombre que le gusta mirar en su interior y reflejarlo en los lienzos. Su vida introspectiva parece más rica, amplia, intensa y profunda que su vida exterior carente de fuertes emociones e interesantes sucesos. 

Gozó de reconocimiento por parte del público y éxito comercial, pero después de 1645, la llegada a Sevilla de artistas como Murillo hizo que su estima decayera. Como consecuencia, dejó de recibir muchos encargos, lo que le obligó a realizar una producción de pinturas de mediocre calidad para ser exportadas a América. Su situación económica y profesional se deterioró y esto hizo que en 1658 se trasladara a Madrid en busca de mejores trabajos. Aunque su arte no pudo adaptarse nunca al gusto impuesto por el pleno barroco, realizó trabajos hasta el final de sus días. Murió en Madrid en 1664, en una absoluta pobreza.


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