La Dama Indignada

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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Autor: Roy Lichtenstein. Título de la obra: M-Maybe


Roy Lichtenstein, El padre del POP ART, fue profesor y escaparatista, antes de hacerse un sitio importante en el mundo del arte y el diseño

En las obras de Roy Lichtenstein (New York, 1923 – 1997) no sólo flotan la publicidad y los cómics sino que las modas de los sesenta tienen una relevancia indiscutible.

Este genio del arte Pop, que se encargaba de destruir las obras que no quería dejar como herencia al mundo artístico, fue profesor y escaparatista, antes de hacerse un sitio importante en la década de los sesenta con un estilo inspirado en la publicidad y la cultura de masas. Aunque en sus inicios su calidad fue discutible, hoy en día sus obras se venden tan caras como las de los impresionistas.

Nació en el seno de una familia de clase media neoyorquina y a los diecisiete años ya tenía claro lo que quería ser. Con la previsión de licenciarse en Bellas Arte para poder dar clases en el caso de no prosperar como pintor, no definió su estilo personal hasta principios de los sesenta.

Todo surgió a partir de un envoltorio para chicles que decidió plasmar de manera experimental con el fin de ver su resultado a tamaño gigante. El efecto tenía una fuerza que no se había visto antes. Como contrapartida al expresionismo abstracto, que para Lichtenstein había perdido el significado inmerso en teorías demasiado metafísicas e infectado de mercantilismo, surgió su especial antielitismo que consistió en buscar contacto con la realidad y la cultura popular. Su forma de pintar, alejada del típico bohemio, estaba sometida a un estricto horario de oficina en el que trabajaba directamente sobre los lienzos por grandes que éstos fuesen. un hombre descreído de su popularidad, que nunca quiso inventar nada, sino solo pintar y sentirse satisfecho con su pequeña revolución.

Se convirtió en inventor del Pop Art, en el envés del otro fundador del estilo, Andy Warhol, obsesionado por las marcas, mitómano y ególatra. Lichtenstein era tímido, callado y reflexivo, transmitía paz y trabajaba sorprendiéndose, incluso tras décadas de fama, de que sus obras se vendieran.

En este “M-Maybe” de 1963, como en muchos de sus trabajos sintetiza al máximo la escena sin que apenas se pueda apreciar el fondo de la imagen, recayendo toda la carga de la pintura en los primeros planos.

El bocadillo con el texto nos pone en conocimiento de la acción que está teniendo lugar como si se tratase de una película en la que nos anticipa un después y nos deja entrever un antes.

La obra inicial de Lichtenstein está basada sobre las tiras de historietas pero con un significado sensiblemente distinto a la apariencia plana del cómic. El Pop Art acepta el uso de imágenes prestadas que se utilizan en sus inicios incluso a modo de collage en las obras que crearían este estilo artístico. Lichtenstein dota al Pop Art de una nueva dimensión de la que se podría decir que su mejor discípulo fue Andy Warhol.

Es un autor que se inspira e incluso copia los personajes de sus obras de la publicidad, cómics y obras de arte que ya son clásicas porque según él el modelo no es lo importante sino sólo un pretexto para representar algo sugerente, algo que pueda trascender. La imagen que surge de todo esto es donde reside su especial talento. Su técnica consistía en hacer un esbozo a mano que luego proyectaba en un lienzo para posteriormente, a oscuras, resaltar los perfiles de las formas proyectadas para lo que utilizó una línea negra de gran grosor con la que delimitar espacios. El paso final radicaba en dar color a la escena. Empleaba una mezcla básica de negro, blanco, amarillo, rojo y azul con la que lograba un resultado cromático lleno de fuerza y expresividad.

Una de las características que se pueden ver en casi todas sus obras es el empleo de la técnica de puntos Benday con la que imita a gran escala la textura de los cómics lograda con la impresión fotomecánica con la que se imprimían los tebeos en papel. Dicha técnica se lograba al pintar sobre una tela metálica agujereada que colocaba sobre el lienzo. Es una textura plana aplicable generalmente a las representaciones de figuras humanas. Caras, brazos, cuerpos e incluso los iris aparecen llenos de puntos que crean relieve. Tras esto, ideó otra forma de rellenar los espacios con el rayado de líneas diagonales.

Las mujeres que retrató representando dramas amorosos, que parecían salidos de un cómic tamaño XXL y no exentos de misterio en sus lienzos, era un tipo de norteamericana de clase media – alta característica de la época y prominente en la publicidad.

Sobre sus colores dijo: “Intento que mis cuadros sean como acordes musicales complejos, una polifonía de colores”.

Y sobre su obra apuntó: “Más que una crítica estoy haciendo una observación. Fuera existe el mundo, ahí lo tenemos. El Pop Art lo mira, acepta su entorno, que no es bueno ni malo, sino diferente, es otra actitud mental”.

Parafraseando una de sus citas, es difícil concebir el arte en palabras. Las palabras siempre alcanzan a expresar demasiado poco. Cuando se leen de nuevo, ya parecen impropias, aunque no del todo. Lacónicamente: o se percibe o no se percibe.




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