La Dama Indignada

La Dama Indignada

jueves, 17 de abril de 2014

Autor: Luciano Ventrone. Títulos de las Obras: Meteorito. Aparición.


Luciano Ventrone nació en Roma el año 1942.
Fue acogido con cuatro años en Dinamarca por una encantadora mujer rica llamada Metha Petersen, con quien vivió una infancia muy feliz, entre los regalos que recibió de ella fue su primera caja de lápices de colores, en ese momento comenzó su interés por la pintura y nacería uno de los más reconocidos pintores del arte de la Italia actual, donde sus bodegones le han hecho ser idolatrado por una legión de seguidores, quienes valoran que su arte está hecho no solo de color, sino de una luz tranquila y tamizada increíble.

Regresó a Italia después de completar los estudios básicos, y se verá obligado, debido a las pobres condiciones de su  familia, a probar suerte en diversos oficios que le permitirán, sin embargo, en 1960, asistir a la Academia de Bellas Artes en Roma.

Después de graduarse en 1964, se matriculó en la Facultad de Arquitectura, a la que asistió hasta el año 1968. Ese año, después de haber participado en los movimientos estudiantiles, decidió abandonar sus estudios para dedicarse por entero a la pintura, que nunca ha abandonado, sino que con el paso del tiempo han supuesto su única fuente de ingresos.
Prueba todos los estilos del arte contemporánea, hasta llegar al realismo y posteriormente al Hiperrealismo

Comienza entonces una larga y aún inconclusa investigación exhaustiva sobre los diversos aspectos de la naturaleza muerta, capturando cada vez detalles más concretos de los motivos casi invisibles para los “ojos humanos bombardeados por millones de imágenes ”, que es lo que les sucede a los hombres de nuestro tiempo.

Según sus propias palabras : “El estudio de la pintura no es la simple representación del objeto, sino del color y la luz, la verdadera relajación entre las dos cosas dan la forma en el espacio. El tema pictórico no debe ser visto como tal, sino de manera abstracta.”

La fotografía es la base de su pintura, desde ese punto el tema se vuelve abstracto y cobra vida a través de la luz
Realiza un dibujo a lápiz como guía para las sombras y define el espacio entre los objetos y las proporciones.

Desde éste momento el pintor añade color lenta y cuidadosamente. La observación constante del objeto fotografiado crea un tipo de penetración dentro de la pintura, saliendo de su realidad física para entrar en una metafísica.
Un último toque de pintura blanca se aplica para dar más luz, que no es una simple técnica para agregar un efecto tridimensional, sino un intento de llegar a esa imperfección entre la luz y las sombras.

Él no es el único representante del género comúnmente conocido como hiperrealismo, pero es con mucho el autor más completo.
“Se pueden hacer fotografías con la pintura y pintura con la fotografía”

 Meteterito 2, óleo sobre lienzo 50*50cm.
Son limones con formas poco habituales, deformes y con formas retorcidas, los que les aleja de la realidad, de ahí el nombre que Luciano Ventrone les dio.


Aparición 2  óleo sobre lienzo 100*80cm.
Es una calabaza abierta, la luz incide sobre ella dando una imagen de “divinidad”.




miércoles, 2 de abril de 2014

Autor: Roberto Ferri. Título de la Obra: Liberación del mal

El nuevo Caravaggio

Con solo 35 años, el artista italiano Roberto Ferri( Tarento, 1978) ha conquistado Europa gracias a su técnica, la cual,  ha sido comparada con la de Caravaggio.
Actualmente el mundo del arte se ha reducido a piezas que más que ser estéticamente atractivas, suponen un contenido conceptual que muchas veces resulta vago y poco interesante.
Entre artistas, coleccionistas y críticos de arte, se dice que “en el arte ya no hay nada nuevo ni propositivo”, tal vez Ferri viene a demostrarnos que el verdadero arte va más allá de una justificación vendible en feria de arte contemporáneo.
Expone actualmente su obra en Florencia.

 Roberto Ferri  tiene 35 años, pero su pincel no es de este siglo. Sus obras, herederas técnicas del claroscuro barroco, parecen haber nacido en aquella Roma de finales del Renacimiento, pero irrumpen en pleno siglo XXI con un poder arrollador.

Estamos ante un nuevo clásico que hoy causa furor en Europa y está por descubrirse en Estados Unidos y América Latina.

Es la representación anatómica perfecta de cuerpos y lo sagrado, en poses y expresiones que recuperan y actualizan los modelos clásicos.
Son imágenes de carne y deleite, transgresión y pesadillas
El público se rindió ante Ferri y sus paraísos perdidos, luciferes, ángeles caídos, sirenas malignas y otras concupiscentes bestias.
El historiador de arte Maurizio Calvesi escribió: “Ahora el ‘anacronismo’ en la pintura de Roberto Ferri emerge en toda su literalidad de recuperación de la pintura después de Miguel Ángel, concediendo sólo a un instrumento de la modernidad: el surrealismo, el cual envuelve con sus formas abstractas de intranquilidad visceral, con innegable sabiduría, pasión y empatía, las paredes de los museos, entre la gracia y la morbosidad sadomasoquista. Aquí es un surrealismo que tiene la capacidad metamórfica de un Dalí, excepto que en Dalí es viscosa, en cambio, en Ferri es carnal”.

Roberto Ferri dice:
–Descubrí a Caravaggio y al barroco desde pequeño, mirando un libro de mi abuelo. Desde entonces quedé fascinado con el tenebroso mundo de la sombra y la luz radiante, fue así que quise hacer mía esa técnica, para narrar mi mundo.
Ferri explica que nació a orillas del mar Mediterráneo, en la sureña ciudad de Tarento en 1978. Desde adolescente se empeñó en estudiar todo lo relacionado con la teoría y la práctica de la pintura. En particular, sus investigaciones se enfocaron en el quehacer artístico del siglo XV hasta finales del XVIII, enamorado de los maestros del claroscuro y el simbolismo, y sobre todo de los grandes del academicismo y el dibujo como Jean-Auguste-Dominique Ingres, Anne-Louis Girodet, Théodore Géricault, Charles Gleyre, Frederic Leighton y William-Adolphe Bouguereau, entre otros, quienes lo sorprendieron e incitaron a desarrollar lo que llama mi propia poesía.

En 2006, Roberto Ferri se graduó con honores en la Academia de Bellas Artes de Roma, en la especialidad de escenografía, pero desde siempre su principal labor la ha desempeñado frente al lienzo, convencido de que la pintura tiene una nueva fuerza en diversas partes del mundo, lo estoy descubriendo porque muchas personas me dicen que quieren aprender a pintar.
También comenta que lo sorprende la reacción que su obra causa en el público. A diario recibe infinidad de felicitaciones a través de Internet. En particular, las personas se admiran de que siendo tan joven esté pintando ya con esa maestría. Ferri admite que ha sacrificado muchas cosas por pasar no sólo noches enteras dibujando y pintando, sino horas y horas en los museos, mirando la obra de los grandes autores, buscando esos secretos que no se puede aprender en ninguna escuela.

En 2002, Ferri participó en su primera muestra colectiva titulada Los animales y los dioses en la galería El Laberinto, en Roma. Al año siguiente, también en esa capital, fue invitado a presentar su primera exposición individual en el Centro de Arte Contemporáneo Luigi Montanarini.
De ahí en adelante los coleccionistas se arrebatan sus obras, varias de las cuales pertenecen a acervos privados de su país como de Londres, Dublín, París, Madrid, Barcelona, Nueva York, Miami, San Antonio, Boston y Qatar.
Además de la armonía en las formas y la composición, caracterizadas por un sentido de onirismo y por numerosas referencias a la antigüedad, cuyo propósito es generar asombro y maravilla en el espectador, los críticos alaban la férrea disciplina del pintor, quien señala a este diario: Dedico mucho tiempo a cada cuadro, porque cada obra exige amor y aquello que me hace sentir es indescriptible, trato de plasmarlo, de narrarlo de la mejor manera posible. ¡Es bellísimo!
– ¿Qué hay dentro de un artista tan joven que estalla con la intensidad de tantos siglos en cada cuadro?
–Mi mundo interior está hecho de placer y dolor, Eros y Tánatos, sueños y pesadillas, son las imágenes que llevo dentro, entonces, mis cuadros son como ventanas abiertas a todo ello que es la parte más íntima, más escondida, más hermética, pero también la más sensible.

Liberación del mal. Oleo sobre lienzo 150*150cm. 2013
Este cuadro representa una mujer alada, quizá sea un ángel poseído del mal, representado por la serpiente, ella misma se lo está sacando del brazo con una expresión tranquila en el rostro, por ese mismo motivo resulta tan inquietante.

 
 Entre mis obras preferidas también se encuentran las representaciones del mito de Salmacis y Hermafrodito.
Según la mitología griega Hermafrodito fue a bañarse a un lago donde se encontraba la ninfa Salmacis que quedó enamorada de Hermafrodito, al no ser correspondida le arrastró al fondo del lago donde se fundió con él en un sólo cuerpo, siendo desde entonces hombre y mujer a la vez.









































Te recomiendo visitar su página web

Roberto Ferri  ha pasado a ser uno de mis pintores favoritos, sin duda.

Autor: Antonio Corradini. Título de la Obra: Verdad Velada

Antonio Corradini (1668-1752) fue un magnífico escultor rococó veneciano, se encuentra entre los más reconocidos y admirados.

Poco se sabe de su vida privada y personalidad, salvo que se casó dos veces y su segunda esposa era menor que él 30 años.

Verdad Velada (también llamado Pudor Velado o Castidad) es una de las obras maestras del escultor que realizó para la Cappella Sansevero de Nápoles (formalmente conocida como Capilla de Santa Maria della Pietà, y apodado por los lugareños "Pietatella").

La iconografía de la capilla, que se encuentra cerca de la Piazza San Domenico Maggiore, surgió de la imaginación de Raimondo di Sangro (1710-1771), un alquimista, masón e intelectual de la época de la Ilustración.

El proyecto del noble di Sangro fue renovar una iglesia de principios del siglo XVII en una capilla sepulcral para su familia. Por otra parte, aprovechó el edificio sagrado para transmitir su mensaje secreto, lo que desató una gran controversia.

Las tres obras más importantes que Di Sangro había hecho para su capilla son el "Cristo Velado" de Giuseppe Sanmartino, el "Lanzamiento del Engaño" de Francesco Queirolo, y la mencionada "Verdad Velada" de Corradini.

La estatua es una alegoría del conocimiento que Di Sangro dedicó a su madre, Cecilia Gaetani dell'Aquila d'Aragona, que había muerto con 23 años, cuando Di Sangro no contaba ni con un año de edad.

El episodio escrito que se narra en el mármol es el “Noli me tangere” (latín, que traducido quiere decir “no me toques”) en el que Jesús resucitado se encuentra con María Magdalena y ésta lo confunde con el jardinero y Jesús le dice de no tocarlo pronunciando la frase “Noli me tangere”.
De ahí la figura de María Magdalena en correlación con la mujer velada, escondida, bajo cuyo tejido precioso se esconde la verdad de la diosa que un día será revelado. Al lado de la mujer hay una lápida partida que muestra pocas palabras y un árbol de la vida, en relación con Eva, la primera Diosa. También es una oculta representación de Isis velada, Diosa masónica preferida. Aquí la mujer es protagonista, una mujer escondida, que hay que buscar.

El "velo" que cubre el cuerpo de la estatua fue esculpido con una habilidad extraordinaria y esconde el dolor de un niño huérfano, así como muchos otros secretos que, posiblemente, nunca serán descubiertos.

No sólo se trata de un trabajo técnicamente perfecto, sino que el rostro y el cuerpo protegido por un débil velo crea una tensión fascinante, tal vez un tanto inadecuada para un monumento funerario de la capilla, pero difícil de olvidar.












































martes, 1 de abril de 2014

Autor: Émile Friant. Título de la Obra: Los Amantes.

Émile Friant (Dieuze, 1863 - París,  1932) pintor francés.

Después de la Guerra Franco-Prusiana y la anexión de Alsacia-Lorena al I
Imperio alemán en 1871, su familia se traslada a la ciudad de Nancy donde se instalan.

Allí asiste al colegio Loritz antes de ser admitido en la Escuela de Bellas Artes de Nancy, en cuyos salones exhibe sus obras desde la edad de 15 años.
Sus exposiciones en los salones de la escuela de bellas artes pronto destacó entre los demás y el artista se ve recompensando con sus estudios en la escuela de Bellas Artes de París, allí frecuenta al pintor Alexandre Cabanel del cual se convierte en discípulo.

Emile Friant consigue el segundo Premio de Roma en 1883 por su obra (Edipe maudissant son fils Polynice). En 1889 en  la exposición universal recibe la medalla de oro por su pintura La Toussaint, su futuro está asegurado y su trabajo por fin reconocido, a partir de este momento le comienzan a llegar encargos de diferentes partes del mundo.

Friant es un pintor naturalista, perteneciente a la corriente artística de la École de Nancy, aunque su pintura no está encuadrada en el estilo Art Nouveau, sus pinturas se concentran en escenas de la vida cotidiana o retratos que realizó con amigos y familia como modelos.
En la época su estilo fue juzgado como demasiado realista y en efecto el realismo de la pintura de Friant es muy cercano a la fotografía y a las nuevas tecnologías que le apasionaban.
Además de pintar, Friant imparte clases en la escuela nacional de bellas artes de Nancy.
En 1923 se convierte en miembro de la academia de Bellas Artes y en 1931 fue condecorado con la Legión de Honor,, fallece en París el 9 de junio de 1932, poco después fue enterrado en su querida Nancy en el Cementerio de Préville.

Los Amantes (1888) 

Descripción: Óleo sobre lienzo.
Localización: Musée des Beaux-Arts. Nancy
Título: "Los amantes" o "Romance on the Bridge" o "Tarde de otoño"   Dimensiones: 111 x 145 

Friant elige uno de sus paseos y lugares de favoritos, el Grands Moulins de Nancy. Aquí, los jóvenes están representados en el puente de Puente Roto en la Meurthe.

El espectador contempla la escena detrás de la joven pareja, observamos los perfiles, uno frente al otro ensimismados en una conversación, él está fumando, se observa el río con un puente de piedra y casas en la distancia. El se sitúa casi en el centro de la composición, el busto ligeramente inclinado hacia la chica, sosteniendo el cigarrillo sin quitarle la vista a ella. La chica se inclina de la misma manera, la mejilla derecha presiona ligeramente en la mano izquierda, mientras contempla al joven.

Transmiten atracción y ensimismamiento, aunque está exento de cursilería, más bien mantienen un gesto muy natural y atractivo a la vez.  Es una escena cotidiana de un realismo que evita el cliché académico.


miércoles, 26 de marzo de 2014

Autor: Rodin. Título de la Obra: La Eterna Primavera

François-Auguste-René Rodin (París, 1840  Meudon, 1917) fue un escultor francés contemporáneo del Impresionismo.

Auguste Rodin estudió en la Escuela de Artes Decorativas.
Rodin dedicó gran parte de su juventud a acumular conocimientos sobre anatomía que en más de una oportunidad le valieron la envidia y el descontento de los escultores reconocidos como tales por la Academia de Bellas Artes de París, en la que le fue rechazado su ingreso en dos ocasiones.

Sus esculturas son tan anatómicamente perfectas que corrió el bulo que utilizó para la realización del molde de su escultura La edad de bronce (1875) el mismo cuerpo del modelo y no un molde de arcilla como se suele hacer en la técnica de vaciado en bronce, gracias a sus amistades influyente como el pintor y escultor Edgas Degás salió victorioso y además consiguió una fama que le puso entre los artistas más importantes de París.

Con posterioridad a este escándalo, su escultura se dividió en dos líneas distintas: la primera, a la cual denominó "alimentaria", era la escultura decorativa de la cual vivía y, como su nombre indica, alimentaba a sí mismo y a sus amantes, entre las cuales se contó su amiga, amante y ayudante la escultora Camille Claudel; la segunda, las transgresoras, considerada la parte más trascendente en la historia del arte.

Para Rodin el artista no debía ser un esclavo del modelo, al contrario: era el artista el que escogía el objeto a representar y por medio de su imaginación era capaz de modificarlo para crear así una imagen totalmente nueva a los ojos del mundo. Es por esto que, en una mirada anatómicamente estricta, las figuras que construyó carecen de una lógica en cuanto a las proporciones. Rodin había estudiado la anatomía para usar el cuerpo humano como una herramienta de expresión de la psicología y los sentimientos humanos.

En 1863 conoció a la que sería su compañera de por vida, Rose Beuret, una costurera de fábrica quien pronto se convirtió en su modelo para la escultura Bacante, pieza destruida durante un traslado de taller. En 1866 nació su hijo, el cual no llevaría el apellido de Rodin: Auguste-Eugéne Beuret.

Rodin abandonó a su amante, la escultora Camille Claudel y ésta quedo sumida en una profunda depresión que le condujo a la locura.

Desde 1906, la artista inició la destrucción de parte de su obra, sobre todo los yesos y trabajos en cera, cosa que repitió en diferentes ocasiones ante noticias adversas. En 1912, mientras sus esculturas en bronce de la colección Blot eran expuestas en Roma, la escultora vivió en la miseria y el abandono ya que su familia dejó de enviarle dinero. El 3 de marzo de 1913 murió el padre de Camille y el 10 de marzo fue ingresada en un hospital psiquiátrico. Se dice que muchas de las obras más conocidas de Rodín fueron realizadas por Camille Claudel.
El 29 de enero de 1917 Rodin se casó con Rose Beuret quien murió dos semanas después. Rodin contrajo una fuerte gripe a fines de ese mismo año y falleció el 17 de noviembre.

L’Éternel Printemps (La Eterna Primavera) 1884 Bronce

La obra fue creada durante el periodo de intenso trabajo alrededor de La Porte de l’Enfer (Puerta del Infierno). Pero este  tema nunca llegó a estar en ella: como Le Baiser (El Beso), del que representa una especie de variación; su tema evoca la felicidad de dos jóvenes amantes, sentimiento que no pareció adecuado para el tema infernal de La Puerta.

La sensualidad del  cuerpo arqueado femenino, tenso hacia los labios del personaje masculino, se integra perfectamente en la composición. A esta curva ascendente, responde el amplio movimiento del hombre que domina la composición.

Evocando  la escultura del siglo XVIII, apreciada por Rodin que la había imitado mucho, cuando trabajaba para ornamentistas, L’Éternel Printemps (La Eterna Primavera) tuvo mucho éxito y fue varias veces editada en bronce y en mármol. Esta obra se encuentra en el Museo Nacional de Arte Decorativo, aunque muchas de sus obras se encuentran en el Museo Rodin de París.



sábado, 22 de marzo de 2014

Autor: Botticelli. Título de la Obra: Primavera.

Botticelli. Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi nació en Florencia en torno a1445 y muere en 1510. Hijo de un curtidor, pasó su infancia en el barrio de Ognisanti. Conocido como Sandro Botticelli por la abreviación de su nombre y el mote por el que era conocido su hermano mayor, Boticello (Barrilete), debido a su aspecto rechoncho, nuestro pintor se caracterizó por la rotunda personalidad, no sólo de su técnica pictórica sino, sobre todo por la originalidad con la que supo plasmar los encargos durante toda su vida.

 Los historiadores del arte, en especial Giogio Vasari, definen al pintor como un joven inquieto y extravagante, muy dado a las bromas; un hombre lleno de imaginación y con una inteligencia viva, dispuesto siempre a experimentar con nuevos métodos; un espíritu curioso e indagador que llegó a afirmar que “con sólo arrojar una esponja empapada en distintos colores contra un muro, ésta deja en la pared una mancha, donde se ve un hermoso paisaje”. Esta extravagancia y su retorcido sentido del humor parecen ser características parejas a la genialidad, muy común entre los artistas.
En 1482, Sandro Botticelli regresa a Florencia, tras realizar en Roma, junto a otros pintores (Perugino, Ghirlandaio, Roselli y Signorelli) una obra de gran envergadura: la decoración de la Capilla Papal que en San Pedro había mandado construir el Papa Sixto IV. El prestigio de su encargo romano se materializó en sucesivos y numerosos encargos. Es artista se va a convertir en el pintor preferido de un mecenas importantísimo: Lorenzo de Pierfrancesco de Medicis. La Primavera junto con Palas y el Centauro y una Virgen con el Niño, adornaba la antecámara de Lorenzo en su palacio florentino.
 No se conoce amor concreto de Botticelli, ni alusión a excesos sentimentales; tenía «horror al matrimonio».No se casó nunca. Fue denunciado anónimamente en 1502 de sodomía con uno de sus ayudantes, pero los cargos fueron más tarde desestimados.
Se dice que los últimos años de vida cayó en la pobreza, y subsistía con la ayuda de sus antiguos patrones, aunque sigue produciendo obras hasta el final.

La pintura de Botticelli se sitúa dentro de lo que denominamos «crisis del sistema plástico del Quattrocento» y supone una ruptura de la corriente florentina en la que los  volúmenes rotundos y la perspectiva lineal son sus dos pilares. Frente a estos valores nos propone otros nuevos basados en una linealidad llena de elegancia, un dibujo rotundo y, sobre todo, un mundo lleno de dulzura, de sentimiento, y es que, contemplando sus pinturas, en ocasiones nos cautivan por su delicadeza, la dulce sonrisa de sus personajes, pero también esas mismas figuras nos transmiten un mundo de  melancolía y tristeza que nos atrae.

 Iconografía de la Primavera de Botticelli:
Entre un bosque de laureles y naranjos sobre todo, y sobre una alfombra de césped y flores, centrando la composición, aparece la diosa del amor: Venus.
Los naranjos forman un arco que subraya la importancia de la diosa. Venus se encuentra apartada en el fondo del bosque, para dejar paso a una bella joven, vestida con un floreado vestido, coronada de flores y esparciéndolas por el césped. Su bello rostro nos mira con una sonrisa sosegada, mientras que a su lado otra joven de sus mismos rasgos y rubios cabellos, por cuya boca salen también flores, las mismas que caen sobre la joven descrita, vestida con una transparente túnica, está siendo raptada por un joven alado que, con el ceño fruncido, sopla sobre ella.
En el lado izquierdo de la composición, tres jóvenes bellezas rubias enlazan sus manos en una elegante danza. La que nos da la espalda mira a un joven cuya mirada se dirige hacia el cielo. Va ostentosamente armado con una espada y con una vara en la que se enroscan dos serpientes, y con un brazo aparta unas negras nubes que pretenden entrar en este  bosque. Por último, un niño alado sobrevuela, con los ojos tapados y armado con arco y flecha, la figura central.
La figura central es la diosa Venus que, con un gesto elegante se aparta para dejar pasar a Flora, diosa de la Primavera. La joven de vestido transparente que aparece a su lado es Cloris perseguida por el Céfiro quien, con su aliento transforma a la ninfa en Primavera. En el lado izquierdo, las tres rubias bellezas son las tres Gracias y el joven guerrero es Hermes-Mercurio (sus pies alados lo identifican) que con su caduceo aparta las nubes. En su roja túnica vemos llamas doradas. Por último, Cupido-Amor, a pesar de su ceguera, lanza, con absoluta seguridad, su flecha a la Gracia que, de espaldas a nosotros,
mira a Mercurio.

En cuanto a las fuentes literarias que pudo manejar el pintor, los especialistas señalan, fundamentalmente, los Fastos de Ovidio donde se describe la llegada de la Primavera a través de la metamorfosis de la ninfa de la tierra, Cloris, en Flora, por obra y gracia del viento Céfiro. Éste se enamora apasionadamente de Cloris y la posee violentamente; arrepentido de su violencia, transforma a la ninfa en Flora. A la izquierda de la composición, las tres Gracias, compañeras de Venus danzan armoniosamente. Las Gracias (Voluptuosidad, Pulcritud y Castidad) gesticulan mediante una danza.
La Castidad se sitúa entre la Voluptuosidad (que tiene aspecto agitado) y la Pulcritud (comedida en aspecto y atavío), que la coronan y protegen ante el ataque del ciego Amor, ya que está siendo punto de mira del la flecha de Cupido para que se enamore de Mercurio, al cual está mirando. Mercurio es el que guía a las Gracias. Con su caduceo (símbolo de la concordia) aparta las nubes que pretenden entrar en el Bosque del Amor, del cual es él su guardián (espada) y señala a Castidad, que dirige hacia él su mirada,
el camino del Cielo.
 La lectura que podríamos hacer de la pintura sería la de una plasmación del Jardín del Amor de Venus.

Magnífica obra, estaría horas contemplándola. ¿Y vosotros?. Espero que os guste.


martes, 4 de marzo de 2014

Autor: Hiroshi Yoshida. Título de la Obra: Moonlight in Taj Mahal

Hiroshi Yoshida ( 1876- 1950) fue un pintor y grabador en madera japonés. Es considerado como uno de los más grandes artistas del estilo shin-Hanga y se caracteriza especialmente por sus excelentes paisajes. Yoshida viajó mucho, y fue sobre todo conocido por las paisajes de fuera de Japón realizados de la manera tradicional japonesa del grabado con bloques madera,  incluyendo el Taj Mahal, los Alpes suizos, el Gran Cañón, y otros parques nacionales de EE.UU.

Fue un gran viajero y conocedor de la estética occidental.
Se sintió atraído por una naturaleza relajada y sus grabados respiran frescura, invitan a la meditación y crean un ambiente suave y apacible.
En 1920, realizó el Jardín del Santuario de Meiji con el conocido grabador en madera Watanabe Shozaburo. Por desgracia, sólo se hicieron siete copias y los bloques perecieron en el terremoto de 1923.

En 1923, Yoshida se embarcó en una gira por los Estados Unidos y Europa con su esposa Fujio, pintando y vendiendo sus trabajos. Cuando regresó a Japón en 1925, abrió su propio taller de grabado y se especializó en paisajes inspirados por su país natal y sus viajes al exterior.
Yoshida desarrolló en sus trabajos todo el proceso por sí mismo: el diseño de la impresión, la talla de sus propios bloques y la impresión de su trabajo.
Su carrera se vio interrumpida temporalmente con su estancia como corresponsal de guerra durante la Guerra del Pacífico en Manchuria.  Realizó su última impresión en 1946 y murió en 1950.

Moonlight in Taj Mahal, (la luz de la luna en el Taj Mahal), es un grabado realizado con bloques de madera que refleja perfectamente la luz de la luna proyectada sobre el blanco mármol del Taj Mahal, el espectador queda impresionado por ese azul tan intenso y envolvente de la noche.